El cuadro clínico típico del SAPL está caracterizado por:
- trombosis
- venosas
- arteriales
- de los pequeños vasos
- pérdidas fetales
- una trombocitopenia.
La trombosis venosa profunda (TVP) es la manifestación clínica más frecuente.
Los accidentes vasculares cerebrales son las manifestaciones trombóticas arteriales más frecuentes.
Las pérdidas fetales precoces y tardías, la prematuridad y la pre eclampsia constituyen las manifestaciones obstétricas más frecuentes.
A diferencia de la persistencia de los anticuerpos antifosfolípidos, las manifestaciones clínicas son raras.
Junto con las manifestaciones trombóticas, el SAPL puede encontrarse al origen de desórdenes neurológicos como alteraciones de la función cognitiva o signos de desmielinización, sin relación directa con lesiones trombóticas.
El síndrome antifosfolípido catastrófico
El síndrome antifosfolípido catastrófico es una manifestación rara (menos del 1% de los casos de SAPL), pero gravísima, del SAPL. Está vinculado a trombosis múltiples de los pequeños vasos que llevan a una falla múltiple de órganos, poniendo en juego el pronóstico vital.