La hemostasia es el conjunto de los fenómenos fisiológicos que concurren a la prevención y detención de las hemorragias.
Esta participa en la reparación de la brecha vascular y, de manera general, se encarga del mantenimiento de la integridad de los vasos.
La hemostasia incluye:
- La hemostasia primaria, con:
- el tiempo vascular
- el tiempo plaquetario
- La coagulación plasmática, que pone en juego numerosos factores e inhibidores
- La fibrinólisis
La hemostasia primaria:
Cuando existe una brecha en un vaso sanguíneo, la primera misión consiste en "tapar" esta brecha. Son principalmente las plaquetas (pequeños elementos de la sangre) y el fibrinógeno los que entrarán en acción, a fin de "taponear" la brecha, formando un clavo plaquetario.
Brêche = Brecha
Epanchement sanguin = Hemorragia
Aggrégation plaquettaire = Agregación plaquetaria
Adhésion plaquettaire = Adhesión plaquetaria
Activation de la coagulation = Activación de la coagulación
Fibrine = Fibrina
Al provocar la formación de un coágulo, la coagulación permite detener la hemorragia consecutiva a una herida. Este proceso es la consecuencia del encadenamiento de reacciones químicas que implican diversos sustratos y encimas plasmáticos. Este pone en juego un cierto número de factores (hasta el momento, se conoce 13 factores de coagulación) que intervienen en esta cadena de reacciones. Estas interacciones complejas tienen como resultado la transformación de una proteína soluble, el fibrinógeno, en una proteína insoluble, la fibrina, la cual constituye la armadura del coágulo.
Desarrollo
El proceso de Coagulación consta de tres fases principales sucesivas:
- La tromboplastinoformación da lugar a la formación de una encima, el factor X activado.
- La trombinoformación da lugar a la formación de otra encima, la trombina.
- La fibrinoformación corresponde a la transformación del fibrinógeno en fibrina, gracias a la trombina.
Trastornos de la Hemostasia
Una hemostasia deficiente es generalmente la consecuencia de una trombopenia (insuficiencia de plaquetas), de una carencia de diferentes factores de coagulación o de una anomalía de los vasos sanguíneos. Estas afecciones tienen diversas causas. Estas pueden ser congénitas (hemofilia, enfermedad de Willebrand); adquiridas (enfermedad hepática, trastornos digestivos, coagulación intravascular diseminada para la carencia en factores de coagulación; infecciones virales y enfermedades autoinmunes para la carencia en plaquetas); provocadas por la absorción de ciertos medicamentos (anticoagulantes, ácido acetilsalicílico); provocadas por una carencia de vitaminas (carencia de vitamina C del escorbuto).
Estas se traducen en una propensión a las hemorragias internas o externas.
Una coagulación demasiado importante, o hipercoagulación, puede estar vinculada al aumento de la tasa de factores de coagulación, al final de un embarazo, por ejemplo, a una disminución de la cantidad de inhibidores de la coagulación (enfermedad del hígado) o a una deceleración del flujo sanguíneo. Esta sobrecoagulación puede provocar una trombosis (formación de un coágulo en una arteria o en una vena).