¿Cuáles son las complicaciones de la enfermedad?

Complicaciones infecciosas

Estas están vinculadas a ciertos productos sanguíneos de origen humano, utilizados en el tratamiento de la Hemofilia B. Históricamente, la transmisión de virus (VIH, hepatitis B y C) ha constituido una complicación mayor del tratamiento de la Hemofilia B. Con la introducción de procedimientos de inactivación viral eficaces, a finales de los años 80, este riesgo se ha vuelto extremadamente mínimo.

Complicaciones inmunológicas

Estas son el resultado de la inmunización de los pacientes durante un tratamiento mediante concentrados de factor IX. Los anticuerpos que aparecen neutralizan el factor IX y la vuelven ineficaz en pocos minutos. En un tercio de los casos, estos anticuerpos son transitorios y desaparecen en un lapso de unos días a unas semanas. Otros persisten a una tasa más o menos elevada. La presencia de anticuerpos anti factor IX requiere de otras soluciones terapéuticas.
Estos anticuerpos están presentes en el 1 al 3% de los pacientes con hemofilia B.
En los infantes, el despistaje de estos anticuerpos inhibidores debe efectuarse de los tres a los doces meses, o cada 10 a 20 días de exposición, según la primera eventualidad. En los adultos, esta búsqueda está regida por las necesidades clínicas.

Complicaciones osteoarticulares

Estas son provocadas por hemartrosis frecuentes. Son el resultado de una impotencia funcional progresiva y de dolores mecánicos e inflamatorios. Estas lesiones pueden ser muy precoces y aparecer desde la infancia.
El 50% de los pacientes con hemofilia B y con un inhibidor pueden presentar reacciones alérgicas graves, incluida la anafilaxia a la administración de factor IX.